Al hombre más importante de mi vida
Abuelo, me miraste cuando nadie más lo hizo y quizá para los ojos de muchas personas eras un hombre rudo, terco, idiatico, ocurrente y mal encarado, pero yo te miraba a ti, miraba tus ojos sabios, tu sonrisa amable y cálida que siempre me invitaba a sentarme para aprender de ti, crecí teniendo a mi lado a un hombre amoroso, que leía el periódico todos los días, que coleccionaba libros viejos, enciclopedias y revistas, de ahí aprendí a amar los libros, atesorarlos como el mejor invento del hombre para aprender del mundo sin tener que salir de la sala de tu casa, crecí a un lado de un ser que amaba, respetaba y cuidaba a los animales de la mejor manera que su paciencia le permitía, de ahí mi sueño de tener un perro en mi vida que al menos me acompañará hasta mi vejez dándome el amor más puro que existe, agradeciendonos el uno al otro por salvarnos porque si algo aprendí de ti es eso que los animales tienen la capacidad de salvarnos del mundo y de su gente, tuve la oportunidad...